En temas de concepción existen múltiples situaciones que pueden afectar la salud reproductiva. Una de ellas es el hipogonadismo, una condición que afecta los niveles hormonales, tanto de hombres, como de mujeres, y que llega a dificultar el camino hacia la paternidad.
Por fortuna, con el diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado, muchas personas logran mejorar su salud reproductiva y alcanzar su sueño de ser padres. En este artículo, explicaremos qué es el hipogonadismo, cómo afecta a la fertilidad y qué opciones de tratamiento existen.
¿Qué es el hipogonadismo?
El hipogonadismo es una condición en la que las glándulas sexuales (testículos en los hombres y ovarios en las mujeres) no producen suficientes hormonas sexuales, como la testosterona en los hombres y el estrógeno y progesterona en las mujeres, que son esenciales para el desarrollo sexual y la reproducción.
Tipos de hipogonadismo:
Existen dos tipos de hipogonadismo. Te los explicamos a continuación:
- Hipogonadismo primario: Se debe a un problema en los órganos sexuales (testículos u ovarios) que impide la producción adecuada de hormonas.
- Hipogonadismo secundario: Surge cuando hay alteraciones en la hipófisis o el hipotálamo, que son las glándulas del cerebro responsables de regular las señales que ordenan a los órganos sexuales producir hormonas.
Ambos tipos de hipogonadismo pueden afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque los síntomas y las consecuencias pueden variar según el sexo.
¿Cuáles son los síntomas del hipogonadismo?
El hipogonadismo puede presentar una amplia variedad de síntomas, dependiendo de la edad, el sexo de cada paciente y la gravedad de la condición. Sin embargo, muchas personas se dan cuenta de que presentan esta condición cuando observan dificultades para concebir y buscan asesoría médica.
Entre los signos más comunes en hombres y mujeres están los siguientes:
En hombres:
- Disminución de la libido.
- Disfunción eréctil.
- Reducción del crecimiento de vello facial y corporal.
- Pérdida de masa muscular.
- Fatiga crónica.
- Aumento de grasa corporal, especialmente en la zona abdominal.
- Dificultades para fecundizar.
En mujeres:
- Irregularidades menstruales o ausencia de menstruación.
- Sequedad vaginal.
- Sofocos y sudores nocturnos.
- Disminución del deseo sexual.
- Cambios en el estado de ánimo, como depresión o irritabilidad.
- Dificultad para quedar embarazada.
Es importante mencionar que estos síntomas no siempre son específicos de hipogonadismo, por lo que, ante cualquier alteración, es necesario acudir a un especialista para una evaluación precisa.
¿Cómo afecta el hipogonadismo a la fertilidad?
El hipogonadismo interfiere directamente en la producción de hormonas sexuales, lo cual tiene un impacto significativo en la fertilidad tanto de hombres como de mujeres. Vamos a revisar cómo sucede en cada uno:
Bajos niveles de testosterona en hombres:
Es la hormona clave para la producción de esperma. Cuando los niveles de testosterona son bajos, la producción de esperma disminuye, lo que puede llevar a oligospermia (bajo recuento de espermatozoides) o incluso azoospermia (ausencia de espermatozoides en el semen). Esto afecta directamente la capacidad de fertilización y dificulta la concepción.
Además, la falta de testosterona puede afectar la calidad de las erecciones y la libido, como factores que también influyen en la capacidad de mantener relaciones sexuales de forma regular y, por ende, la oportunidad de concebir.
Alteración de niveles de estrógeno y progesterona en mujeres
En las mujeres, las hormonas como el estrógeno y la progesterona regulan el ciclo menstrual y la ovulación, que son elementos fundamentales para la fertilidad: si los niveles de estas hormonas son bajos o están desequilibrados, puede haber alteraciones en la ovulación, incluso impedir que los ovarios liberen óvulos maduros para ser fecundados.
El hipogonadismo también puede causar problemas en el revestimiento del útero, haciendo que sea menos probable que un óvulo fertilizado se implante correctamente.
¿Cómo se diagnostica el hipogonadismo?
El diagnóstico de hipogonadismo implica varias etapas y se basa en una combinación de historial médico, examen físico y pruebas de laboratorio.
- Evaluación clínica: El médico revisará los antecedentes del paciente, incluyendo posibles problemas de desarrollo sexual, antecedentes familiares de enfermedades hormonales o reproductivas, y los síntomas presentes (como la falta de libido, problemas menstruales o infertilidad).
- Pruebas hormonales: Se realizarán análisis de sangre para medir los niveles de hormonas sexuales (testosterona en hombres, estrógeno y progesterona en mujeres) y otras hormonas que controlan su producción, como la hormona luteinizante (LH) y la hormona foliculoestimulante (FSH).
- Estudios e imágenes: En algunos casos, puede ser necesario realizar una resonancia magnética o ultrasonido para detectar posibles anomalías en la hipófisis, ovarios o testículos del paciente.
En el caso de las parejas que tienen planes de concebir, el diagnóstico oportuno es clave para iniciar un tratamiento adecuado y así mejorar las posibilidades de lograr un embarazo.
¿Qué tratamientos existen para el hipogonadismo?
El tratamiento médico del hipogonadismo se enfoca en restaurar los niveles hormonales a la normalidad, lo que a su vez mejora la función reproductiva y la fertilidad. Existen diferentes opciones según la causa subyacente y el tipo de hipogonadismo. A continuación mencionamos algunas:
Terapia hormonal
La terapia de reemplazo hormonal (TRH) es el tratamiento más común para el hipogonadismo. Dependiendo del sexo, se administran diferentes hormonas:
En hombres: Se administra testosterona, la cual puede aplicarse en forma de gel, parches transdérmicos, inyecciones o implantes. En algunos casos también se usan inyecciones subcutáneas de hormona FSH recombinante (Gonal) para estimular la espermatogénesis (producción de espermatozoides).
En mujeres: Se emplea terapia con estrógenos y progesterona para regular el ciclo menstrual y promover la ovulación. En casos más específicos, como en mujeres que desean quedar embarazadas, se puede utilizar gonadotropinas o medicamentos como el Clomifeno para estimular la ovulación.
Terapias complementarias
En algunos casos, pueden requerirse técnicas adicionales como la inseminación artificial o fertilización in vitro (FIV), especialmente cuando la restauración hormonal por sí sola no es suficiente para lograr el embarazo.
- Cambios en el estilo de vida: Además del tratamiento médico, se recomienda hacer cambios en el estilo de vida que pueden mejorar la salud reproductiva:
- Mantener un peso saludable: El exceso de grasa corporal puede afectar negativamente los niveles hormonales.
- Reducir el estrés: El estrés crónico también puede interferir con la producción hormonal y la ovulación.
- Evitar el consumo de tabaco y alcohol: Estas sustancias pueden impactar negativamente en la producción de esperma y óvulos.
Conclusión
El hipogonadismo es una condición que afecta tanto la salud hormonal como la reproductiva, y aunque puede ser un obstáculo en el camino hacia la paternidad, con el diagnóstico y tratamiento adecuados, muchas personas logran aumentar sus probabilidades de convertirse en padres.
Recuerda que si tienen dificultades para lograr un embarazo, debes acudir a tu médico para recibir asesoría profesional. Si se trata de hipogonadismo, existen alternativas para disminuir sus síntomas y aumentar las posibilidades de concebir.