En el camino hacia la maternidad, una de las interrogantes más comunes está relacionada con el tiempo que toma conseguir una concepción exitosa, ya que mientras algunas mujeres logran un embarazo casi de manera inmediata, otras pueden enfrentarse a un período de espera más prolongado.
Si actualmente te interesa conocer más sobre la fertilidad o estás enfrentando ciertos desafíos al respecto de este tema, entonces te invitamos a leer el post que hemos preparado para ti con toda la información sobre los factores que tienen impacto en el tiempo que cada persona atraviesa para concebir; asimismo, revisaremos las expectativas que ofrecen algunas técnicas de reproducción asistida.
¿Estás listo para acompañarnos a desarrollar cada punto?
El tiempo estimado para concebir de manera natural
La realidad es que no existe una respuesta, principalmente porque las circunstancias de cada pareja e individuo varían. Según una investigación en la que se incluyeron a más de 1400 mujeres que planificaron su embarazo más reciente, entre el 30 % y el 44 % encontró que el proceso tardaba más de lo esperado.
El dato, pues, resulta útil para evidenciar que los tiempos para lograr un embarazo no son uniformes, incluso cuando se trata de uno natural.
Es esencial entender que, si bien bastantes parejas pueden concebir en los primeros tres meses de intento, para otras puede ser distinto. Estudios adicionales señalan que aproximadamente un mes de intento da como resultado un embarazo para el 30 % de las parejas; a los tres meses, la cifra se eleva a 59 % y, al cabo de los seis meses, el 80 % lo consigue. Al año, el 85 % finalmente tendría un bebé en camino.
Gracias a los datos mencionados, es posible establecer expectativas realistas, sin embargo, es importante recordar que factores como la edad, la salud y ciertos hábitos de vida, pueden incidir de modo significativo.
¿Qué sucede con la reproducción asistida?
Cuando la concepción natural no se presenta, los métodos de reproducción asistida se convierten en una alternativa valiosa a la cual se puede recurrir. La Inseminación Artificial (IA), por ejemplo, es una de las primeras técnicas a considerar en casos de esterilidad cuyo origen es desconocido, o bien, frente a problemas ovulatorios leves.
Consiste, a grandes rasgos, en el depósito de una muestra de semen tratada previamente en laboratorio, en el útero durante el período de ovulación de la mujer. La técnica aumenta las posibilidades de que los espermatozoides encuentren y fertilicen un óvulo, facilitando así la concepción.
Para muchas mujeres y parejas, las expectativas con la Inseminación Artificial pueden ser diferentes, no obstante, la tasa de éxito por ciclo de inseminación con semen del compañero oscila entre el 12 % y el 15 %, pero con semen de un donante, los porcentajes pueden ser un poco más altos.
En todo caso, vale la pena recordar que la paciencia es un elemento imprescindible al aceptar este proceso. Según las prácticas comunes en clínicas especializadas, lo recomendable es intentar hasta seis ciclos de Inseminación Artificial antes de considerar otras opciones como la Fecundación In Vitro (FIV).
Un gran número de especialistas aconsejan evaluar los resultados de cada intento con el fin de determinar la conveniencia de continuar con la misma técnica o cambiar a otra intervención como la ya mencionada FIV, que implica la estimulación hormonal y la extracción de óvulos para su fecundación en laboratorio.
Factores que afectan los tiempos de concepción
Como ya se abordó, la capacidad para concebir es una función compleja que se ve influenciada por múltiples factores que no son los mismos para una persona y para otra. Solo a partir de la comprensión de los mismos, se podrá gestionar de manera efectiva la planeación del embarazo, ya sea natural o mediante técnicas de reproducción asistida,
A continuación, te compartiremos los puntos más destacados y determinantes.
Edad y fertilidad
La fertilidad femenina alcanza su pico en los 20 años y comienza a declinar después de los 30; luego de los 35, disminuye pronunciadamente. Esto se debe a la menor cantidad y calidad de los óvulos disponibles. Es decir: las mujeres mayores de 35 deben considerar la asistencia médica en la fase más temprana del proceso de concepción por los cambios de la fertilidad.
Salud reproductiva
Tanto la de la mujer, como la del hombre, importan. Enfermedades como la endometriosis, los fibromas uterinos y las condiciones que afectan la calidad del esperma, son capaces de reducir las posibilidades de concepción. Se recomienda que ambas partes se sometan a exámenes médicos para identificar y tratar cualquier problema de salud reproductiva antes de intentar concebir. ¡La prevención es la clave!
Estilo de vida y elementos ambientales
La dieta, el ejercicio, el consumo de tabaco y alcohol, al igual que el estrés, influyen en la fertilidad. Por ejemplo, el estrés crónico ha demostrado ser negativo en la ovulación, llegando a ocasionar una reducción de fertilidad para mujeres. La adopción de hábitos saludables tiene un gran peso para potenciar las probabilidades de concepción.
Conocimiento del ciclo menstrual
Muchas parejas no están conscientes de los períodos más fértiles de la mujer, lo cual puede originar intentos poco eficaces para concebir. Usar tests de ovulación es una buena solución para maximizar la tasa de éxito, pues se encargan de detectar el aumento de la hormona luteinizante (LH), previo a la ovulación.
El caso específico de la Inseminación Artificial
Es una opción que bastantes parejas consideran al enfrentar desafíos para concebir naturalmente. El proceso comienza con la selección y preparación del esperma, que puede ser de la pareja o de un donante, el cual se trata en un laboratorio para aumentar la concentración de espermatozoides y así mejorar las posibilidades de que se suscite un embarazo.
La sincronización de dicho procedimiento con el ciclo ovulatorio de la mujer es de suma importancia y se monitorea a menudo mediante pruebas de ovulación y ecografías.
En cuanto a las expectativas, las parejas deben recordar que después de cada intento que no haya tenido éxito, se puede considerar repetir el procedimiento en los ciclos siguientes. Sin embargo, ante la ausencia de concepción después de tres a seis ciclos, es necesario que se consulte a un médico para explorar otras alternativas.
Además de los aspectos técnicos, no se tienen que dejar de lado los factores emocionales o psicológicos asociados con los tratamientos de fertilidad. Un círculo de apoyo y una comunicación dinámica con el equipo médico serán efectivos para mejorar la experiencia de las parejas y mujeres durante el proceso.
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Sobre la FIV
El método es ideal para casos de complicaciones reproductivas más complejas. Inicia con la estimulación hormonal de los ovarios para inducir la reproducción de múltiples óvulos. A continuación, los óvulos son extraídos de los ovarios a través de lo que se conoce como “punción funicular”. Hecho esto, los óvulos se colocan en un ambiente controlado en laboratorio, donde se introducen espermatozoides para facilitar la fecundación.
Enseguida, los embriones son evaluados y clasificados según su calidad; solo aquellos saludables se eligen para la transferencia al útero, incrementando así las posibilidades de implantación y desarrollo de un embarazo.
Las tasas de éxito de la FIV es más alta comparada con la IA, especialmente en mujeres mayores de 35 años, no obstante, nunca se deben abandonar las expectativas realistas y comprender que el proceso puede exigir múltiples ciclos para un embarazo exitoso.
Conclusiones
La comprensión de los tiempos promedio, así como los factores biológicos, emocionales y médicos, es un buen punto de partida hacia una concepción satisfactoria. Cada paso adelante, sin importar lo pequeño que sea, es un avance al cumplimiento de esta meta.
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