Todos los días recibimos noticias de personas que ya han consultado a 3, 4, 5 y más médicos en búsqueda de un tratamiento efectivo contra su problema de infertilidad. El costo de esta peregrinación puede resultar muy elevado en términos de dinero, tiempo, estrés y de esperanzas frustradas. También, puede ser riesgoso ya que cada tratamiento o intervención médica puede tener consecuencias no deseadas en la fertilidad, sobretodo si es realizado por un médico no calificado. Por difícil que sea creerlo, hemos conocido a mujeres que han sido sometidas hasta cirugías sin que su médico solicitara una evaluación a su pareja. A algunos se les olvida que la reproducción es cosa de dos.
Hemos desarrollado una pequeña guía para orientar a quienes buscan a un médico o clínica especialista en reproducción para facilitar este proceso.
¿Ginecólogo, médico especialista o clínica?
La asistencia reproductiva implica que los pacientes deben tomar muchas decisiones; una de las más importantes es a quién consultar.
Supongamos que usted es una mujer que ha consultado a su ginecólogo y él le ha realizado estudios básicos en el curso de dos meses. Al mismo tiempo, su esposo fue con un urólogo para que lo revisara. Tal vez, ambos podrían consultar a un solo médico que tenga la preparación para diagnosticar el problema y proponer soluciones. Aquí es donde podría ser de utilidad un especialista en infertilidad o una clínica. Específicamente, la consulta con un especialista o clínica es recomendable para cualquiera de las siguientes situaciones:
- Parejas que han intentado un embarazo sin éxito durante un año o más
- Mujeres que han tenido irregularidad menstrual o quienes han padecido endometriosis fibromas uterinos
- Mujeres con antecedentes de dos o más abortos
- Mujeres mayores de 35 años
- Hombres con resultados bajos en la calidad de su semen (Espermatobioscopía directa o ED)
- Mujeres y hombres con ciertas condiciones genéticas
Primera cita: ¿quién entrevista a quién?
Generalmente vamos a consultar al médico que le dio buen resultado a al prima o a la amiga. Es importante tener en cuenta que no hay dos tratamientos iguales y que lo que le sirvió a nuestra conocida puede no ser lo mejor para nosotros. Entonces, la primera cita es una buena oportunidad no sólo para que el médico conozca nuestros antecedentes, sino para que nosotros conozcamos los de él. Algunas personas suponen que es agresivo preguntar por la experiencia del médico y su trayectoria tratando pacientes con problemas de infertilidad. Sin embargo, un médico calificado y seguro de sí, no tendrá objeción en proporcionarnos la información que solicitemos. Preguntar no es agresivo, es asertivo. (Asertividad: Suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el que la persona ni agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos.)
El médico independiente puede ser ginecólogo o endocrinólogo. Lo importante es que cuente con alguna subespecialidad afín a nuestra situación, por ejemplo, biología de la reproducción.
Es recomendable anotar con anticipación todas nuestras dudas, ya que con frecuencia se nos olvidan durante la consulta
Preguntas útiles para el médico:
- Dónde estudio y cuándo
- ¿Tiene alguna subespecialidad relacionada con infertilidad o endocrinología reproductiva?
- ¿Hace cuánto tiempo trata pacientes con problemas de infertilidad?
- ¿Trabaja con un equipo de médicos?; ¿qué especialidades tienen ellos?
- ¿Tiene algún horario destinado a contestar llamadas telefónicas de las pacientes?
- ¿Cuál es su horario de consulta y con cuánta anticipación hay que hacer una cita?
- ¿Cómo se le puede localizar si hay un problema fuera de las horas de consulta?
- ¿Con qué hospitales trabaja?
- ¿En qué clínica u hospital realiza los procedimientos de reproducción asistida?
Si se trata de una clínica es importante conocer los tipos de tratamientos que aplican, la infraestructura con la que cuentan, los servicios adicionales que ofrecen, si reportan sus resultados al la Red LARA (Red Latinoamericana de Reproducción Asistida) o a alguna otra asociación, y por supuesto, su tasa de éxito.
Preguntas útiles para la clínica:
- ¿Con qué infraestructura física y tecnológica cuentan (Laboratorio de FIV, quirófano, otros laboratorios –hormonas, andrología-, etc.?
- ¿Siguen un código de ética? ¿Cuál?
- ¿Hace cuanto tiempo trabaja ahí su director médico, los médicos del equipo y los técnicos del laboratorio de FIV? La rotación frecuente de personal puede ser una mala señal y contribuir a un mator índice de errores.
- ¿Qué especialidades tienen los miembros del equipo médico?
- ¿Qué procedimientos realizan y con qué frecuencia? Asegúrese de que la clínica ofrezca una amplia gama de técnicas y cuente con la tecnología más avanzada, por ejemplo, la llamada transferencia de blastocistos.
- ¿Quién decide cuántos embriones transfieren a las pacientes? Es recomendable no contratar los servicios de una clínica en la que el médico tenga control absoluto.
- ¿Cuántos ciclos por año realiza? Algunas clínicas atienden tantos casos que las pacientes acaban sintiéndose como un número más.
- ¿Cuánto cuesta el tratamiento y exactamente qué incluye?
- ¿Tiene algún horario destinado a contestar llamadas telefónicas de las pacientes?
- ¿Cuál es su horario de consulta y con cuánta anticipación hay que hacer una cita?
- ¿A quién y cómo llamar si hay un problema fuera de las horas de consulta?
- ¿Abre todos los días, incluyendo los no hábiles y festivos?
- ¿Con qué hospitales trabaja? Esto es útil en caso de tener que hacer procedimientos quirúrgicos como laparoscopias ginecológicas, etc.
Si usted pregunta y el médico o la clínica no responden de manera clara o completa, acuda a otro lugar. Si no son capaces de comunicarse con usted al inicio, tampoco lo serán cuando usted sea una de sus pacientes y usted ya haya invertido más tiempo y dinero.