Todos los días recibimos noticias de personas que ya han consultado a 3, 4, 5 y más médicos en búsqueda de un tratamiento efectivo contra su problema de infertilidad. El costo de esta peregrinación puede resultar muy elevado en términos de dinero, tiempo, estrés y de esperanzas frustradas. También, puede ser riesgoso ya que cada tratamiento o intervención médica puede tener consecuencias no deseadas en la fertilidad, sobretodo si es realizado por un médico no calificado. Por difícil que sea creerlo, hemos conocido a mujeres que han sido sometidas hasta cirugías sin que su médico solicitara una evaluación a su pareja. A algunos se les olvida que la reproducción es cosa de dos.
Hemos desarrollado una pequeña guía para orientar a quienes buscan a un médico o clínica especialista en reproducción para facilitar este proceso.
La asistencia reproductiva implica que los pacientes deben tomar muchas decisiones; una de las más importantes es a quién consultar.
Supongamos que usted es una mujer que ha consultado a su ginecólogo y él le ha realizado estudios básicos en el curso de dos meses. Al mismo tiempo, su esposo fue con un urólogo para que lo revisara. Tal vez, ambos podrían consultar a un solo médico que tenga la preparación para diagnosticar el problema y proponer soluciones. Aquí es donde podría ser de utilidad un especialista en infertilidad o una clínica. Específicamente, la consulta con un especialista o clínica es recomendable para cualquiera de las siguientes situaciones:
Generalmente vamos a consultar al médico que le dio buen resultado a al prima o a la amiga. Es importante tener en cuenta que no hay dos tratamientos iguales y que lo que le sirvió a nuestra conocida puede no ser lo mejor para nosotros. Entonces, la primera cita es una buena oportunidad no sólo para que el médico conozca nuestros antecedentes, sino para que nosotros conozcamos los de él. Algunas personas suponen que es agresivo preguntar por la experiencia del médico y su trayectoria tratando pacientes con problemas de infertilidad. Sin embargo, un médico calificado y seguro de sí, no tendrá objeción en proporcionarnos la información que solicitemos. Preguntar no es agresivo, es asertivo. (Asertividad: Suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el que la persona ni agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos.)
El médico independiente puede ser ginecólogo o endocrinólogo. Lo importante es que cuente con alguna subespecialidad afín a nuestra situación, por ejemplo, biología de la reproducción.
Es recomendable anotar con anticipación todas nuestras dudas, ya que con frecuencia se nos olvidan durante la consulta
Si se trata de una clínica es importante conocer los tipos de tratamientos que aplican, la infraestructura con la que cuentan, los servicios adicionales que ofrecen, si reportan sus resultados al la Red LARA (Red Latinoamericana de Reproducción Asistida) o a alguna otra asociación, y por supuesto, su tasa de éxito.
Si usted pregunta y el médico o la clínica no responden de manera clara o completa, acuda a otro lugar. Si no son capaces de comunicarse con usted al inicio, tampoco lo serán cuando usted sea una de sus pacientes y usted ya haya invertido más tiempo y dinero.